La Embajada Británica en Uruguay decidió incluir a las islas
en su promoción de la Expo Prado. La exposición uruguaya ocurrida del 4 al 15
de septiembre de 2019.
Por cuarto año consecutivo, el Gobierno británico decidió
instalar un stand en una tradicional exposición uruguaya, a pesar de los
reiterados reclamos de excombatientes argentinos. Hasta los propios uruguayos, se
sorprenden que se promocione con un nombre inglés a las islas Malvinas.
El stand principalmente atendido por promotoras uruguayas, que asesoran a los curiosos sobre las características del destino evitando hacer referencias al conflicto de soberanía sobre las islas Malvinas. La respuesta más frecuente es el camino para que un uruguayo llegue desde Montevideo hacia Puerto Stanley (Puerto Argentino).
Además de las promotoras uruguayas, el stand también es
atendido por algunos kelpers, integrantes de la Junta de Turismo. La barrera
idiomática les impide asesorar a los uruguayos que solo hablan español pero aun
así se muestran entusiastas a la hora de interactuar con alguna de las otras
'atracciones' del espacio, como una cabeza gigante de un pingüino, un marco de
cartón que simula una publicación de Instagram.
Mientras la diplomacia argentina, concede más vuelos a las
Islas Malvinas, ante el reclamo británico, y Cancillería argentina accede bajo
el pretexto de ¨generar confianza¨ con los isleños, los integrantes de la administración
kelper -en su mayoría nacida en Reino Unido -, se esfuerzan por promocionar a
las Islas Malvinas, como ¨británicas¨ y alentando viajar a las islas evitando
la conexión con la Argentina continental.
Así, las promotoras recomiendan a los uruguayos tomar alguno
de los vuelos de LATAM hacia Santiago de Chile o hacia Punta Arenas (sur de
Chile) para luego hacer la conexión hacia las islas. Sin hacer mención en la
escala mensual que hay en Río Gallegos. También comenzaron a promocionar la
ruta que unirá Sao Paulo con las islas a partir de noviembre de 2019, haciendo
una escala mensual en la ciudad de Córdoba. Las consejeras aclaran que todo ese
periplo puede llegar a costarles unos 1.200 dólares y varias horas.
Los esfuerzos británicos para intentar imponer su mentira en la región que no existe ningún conflicto de soberanía, en Islas Malvinas, fingiendo tenerla en un territorio donde su presencia es producto de un acto de quebrantamiento a la
soberanía argentina, son en vano. En los hechos la poca repercusión del stand,
demuestra que los infames intentos del colonialismo británico por imponer una mentira como verdad no
pueden ocultar la indignidad de sus actos.
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