Las flotas de Gran Sol y las Malvinas, inquietas por la
cercanía del «brexit».
«¿Qué va a pasar? No tenemos ni idea», dice el presidente de
los armadores vigueses
A menos de una semana de la desconexión del Reino Unido, la
inquietud cunde en las flotas que operan en Gran Sol y, sobre todo, las que
faenan en el área de las islas Malvinas. «Cuanto más nos vamos acercando al
precipicio están surgiendo más incertidumbres y tensión», explica Javier Touza,
presidente de la Cooperativa de Armadores de Vigo (Arvi).
Touza habla por una agrupación con muchos segmentos de flota
afectados. Por un lado, están los de bandera británica pero de capital y
personal gallego que pescan en aguas inglesas, que suman unos 89. A esos hay
que añadir 33 barcos franceses e irlandeses que descargan habitualmente en el
puerto de Vigo. En los sumandos también hay que incorporar los 19 grandes
arrastreros con bandera de las islas Malvinas que operan en el Atlántico sur y
los 24 arrastreros que faenan en el área de este archipiélago bajo soberanía
británica y, por tanto, afectado por el divorcio de Gran Bretaña con la UE.
«¿Qué va a pasar? No tenemos ni idea», admite Touza, que no
pierde de vista esa espada de Damocles que pende sobre sus cabezas hasta el día
12. «Si antes de ese día no se adopta ninguna decisión, se produce por defecto
la salida del Reino Unido de la UE» y tras esa estela debe salir la flota de
los caladeros británicos.
«Nosotros hemos luchado desde el minuto uno por un acuerdo
de retirada, que no significa más que cumplir una serie de pautas en el período
de transición para enseguida ponernos a trabajar en la futura relación entre el
Reino Unido y la UE», explica el presidente de Arvi. Una negociación en la que,
según los armadores vigueses, Galicia tiene mucho que decir: «Nosotros como
gallegos y como principales baluartes de la pesca, queremos tener un protagonismo
claro a la hora de fundar la relación de buena vecindad inteligente para
regular las materias pesqueras entre el Reino Unido y la UE».
Mantener la relación pesquera
Porque en Vigo aún confían en que haya acuerdo. Un deseo
todavía más ferviente para el área de las Malvinas, cuyo Gobierno se ha
mostrado abiertamente proclive a negociar un acuerdo con la UE. Y aunque, como
apunta Touza, eso son «decisiones de altas esferas políticas», sí tiene
constancia del interés del Gobierno de las Falckland por seguir manteniendo la
relación pesquera con Europa. Nada extraño, por otra parte, dado que el PIB del
país depende de las exportaciones cárnicas y pesqueras a la UE y es, como
Galicia, «partidario del statu quo». Es decir, que se continúe permitiendo el acceso
a través de licencias privadas y que este acceso tenga su reciprocidad con la
apertura del mercado comunitario a los productos de las Malvinas libres de
aranceles como hasta ahora en base a la consideración de territorio europeo que
tiene en tanto no se produzca la desconexión británica.
Fuente : www.lavozdegalicia.es
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