El gobierno argentino presentó el jueves 26 de octubre, una
queja formal al Reino Unido por los ejercicios militares previstos para la
semana próxima en las islas Malvinas, que incluyen el lanzamiento de misiles
Rapier.
Así lo informó oficialmente la Cancillería, al dar cuenta de
una práctica habitual del gobierno de Gran Bretaña, que se remonta a 1982,
luego de la guerra en el Atlántico Sur, y que periódicamente contribuye a
alimentar la tensión entre ambos países. Se trata de una práctica militar que
reúne a los 1500 efectivos que el Reino Unido mantiene en el archipiélago, y en
la que participan aviones Eurofighter, uno de los cazas más modernos de las
fuerzas británicas, y la batería de misiles de corto alcance instalada en la
base militar, a 60 km de Puerto Argentino.
La protesta fue presentada por el vicecanciller Daniel
Raimondi en una nota entregada en la embajada del Reino Unido. La queja se
sustenta en los operativos programados entre el lunes 30 de octubre y el
viernes 3 de noviembre. En el Ministerio de Defensa, a cargo de Oscar Aguad,
declinaron opinar sobre los ejercicios británicos y remitieron al comunicado de
la Cancillería. Ya el año pasado el Ministerio de Relaciones Exteriores
protestó ante la realización de ejercicios similares y le pidió explicaciones al
embajador Mark Kent, quien argumentó que se trata de operaciones de rutina.
"La República Argentina rechaza la realización de estos
ejercicios en territorio argentino ilegítimamente ocupado por el Reino Unido,
los que desconocen resoluciones de las Naciones Unidas y de otros organismos
internacionales, que instan a ambos países a reanudar las negociaciones a fin
de encontrar una solución pacífica y definitiva a la disputa de
soberanía", advirtió la Cancillería.
Reclamó, así, a las autoridades británicas, a
"abstenerse de realizar actos unilaterales en los territorios y espacios
marítimos bajo disputa".
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