Los pobladores de Malvinas y de Gibraltar, dos rémoras del
colonialismo británico, temen con razón por las consecuencias de la salida de
Inglaterra de la Unión Europea, aún en su versión soft. Habían votado
masivamente, en referéndum, su deseo de continuar siendo británicos y también
de no abandonar la pertenencia a Europa.
Ahora se enfrentan a una realidad que puede tener otros costos y provocar cambios de escenarios que no estaban previstos cuando el ex primer ministro David Cameron por salvar los muebles quemó la casa, según una mordaz ironía del ex presidente español Felipe González sobre el Brexit.
Las Malvinas es considerado territorio británico para la
Unión Europea, como lo es también el Peñón de Gibraltar. En ambos casos, el
Brexit les hará perder la pertenencia a la UE que les traía beneficios
concretos que ahora están en duda.
En el caso de las islas, sobre las que Argentina reclama su
soberanía, la ventaja de la que disfrutan todavía los isleños podría
desaparecer junto a los subsidios de pesca que la UE distribuye entre sus
Estados miembro.
Pero, además, las ventajas de los países de la Unión Europea
respecto de Malvinas podrían esfumarse. Por ejemplo, hacer allí base de pesca
tan fácilmente como ahora.
El gobierno de Malvinas advirtió apenas se votó el Brexit
que el objetivo “será retener los beneficios que tenemos actualmente, sobre
todo con el acceso al comercio”.
Respecto de Gibraltar se abre un período de transición hasta
el 2020 durante el cual España y el gobierno británico del Peñón, donde viven
32 mil personas, deben discutir temas puntuales de la relación, como por
ejemplo los beneficios fiscales del juego. Es que en las excavaciones
defensivas que los aliados construyeron para la Segunda Guerra, están
instalados los centros de cómputos de juegos on line que representan un cuarto
del PBI de Gibraltar (apuestas deportivas, juegos de azar y de otro tipo).
Tarde o temprano volverá a ponerse sobre la mesa el reclamo soberano de España.
Ya ha comenzado a hablar de una propuesta de co-soberanía sobre la colonia.
Theresa May viene a la Argentina para el G-20 y se reunirá
con Macri. Se hará el anuncio del segundo vuelo del continente a las islas que
vendrá de San Pablo y hará escala en Córdoba. Se podrá decir que Argentina
accede a reducir el aislamiento de las islas y, a la vez, a reducir costos
logísticos con este paso, pero también es una forma de replantear la
vinculación que existía hasta la guerra.
La salida de Londres de la Unión Europea, además, puede
impactar en la obligación de los países miembros, excepto España, de contemplar
la posición británica respecto de la soberanía de las islas.
Se abren oportunidades para replantear aspectos de la
relación con los isleños sin desconocer que necesariamente este proceso, si se
impulsa con creatividad, llevará un tiempo largo para recuperar una dosis de
confianza que le garantice progresos. Tendría gran influencia si la Argentina
lograra construir un consenso básico sobre la negociación, algo impensable en
este clima de crispación política y en la escasez de mirada estratégica de la
dirigencia política.
La propuesta de co-soberanía también forma parte del menú de
los expertos que siguen aquí las negociaciones, una propuesta que ya fue
desechada increíblemente durante aquellas dramáticas y sangrientas jornadas de
junio de 1982.
Fuente : Clarin
Fotos : internet
Fuente : Clarin
Fotos : internet
1 comentario:
Mas tarde que temprano...las Islas se van a integrar al resto de La República como parte integrante de ella que lo son...!
Welcome to your Country...Dears Islanders...!!!
Publicar un comentario